Entrevista a Catalina Teresa Michieli, Doctora en Historia egresada de la Universidad Nacional de Cuyo
Diario de Cuyo
A pocos días de celebrase un nuevo Día de la Raza, la doctora en Historia e investigadora Catalina Teresa Michieli habla acerca de cómo el pueblo huarpe aceptó sin reparos nada menos que dos conquistas sucesivas, la incaica y la española. Nadie mejor que ella para hacerlo: es profesora titular de las cátedras «Prehistoria de San Juan» y «Población indígena de San Juan en los siglos XVI a XVIII» en la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de San Juan.
-Hay mucha gente que asegura ser descendiente directa de huarpes.
-Mi objeto de trabajo son los indios muertos, no los vivos. Los antropólogos trabajan con la gente viva; yo investigo Historia. Para ser estrictos, conocemos como grupo huarpe al que encontraron los españoles. Lo que estamos tratando de hacer desde hace muchos años, no sólo nosotros sino también los colegas mendocinos, es conciliar las dos informaciones, la arqueológica con la histórica. En esto hay desde hace varios años grandes discusiones. Hasta ahora podemos asegurar que los antecesores de los huarpes son los que llamamos grupo Ullum-Zonda, o Calingasta tardío expandido al valle del Río San Juan. Y eso se corresponde con algunas características del idioma, como por ejemplo su gran antigüedad, que está evidenciada por haberse diferenciado en dos dialectos.
-¿Cuándo comenzaron a diluirse estas culturas?
-Estos grupos habían sido dominados por el inca durante cuarenta años. Los incas no sojuzgaban grupos nómades ni cazadores, no les interesaban. Lo que necesitaban era mano de obra. A Cuyo llegaron entre 1491 y 1493. Esto es hasta que Pizarro entra en Perú y el imperio inca cae y se desarma, en 1532. Entonces la gente que estaba obligada a trabajar de más, todos los grupos sojuzgados a lo largo del imperio, se volvieron a su casa. Por eso al llegar los españoles todas las instalaciones incaicas en nuestra región estaban en construcción, algunas ni siquiera terminadas, y no habían sido usadas. Eso se evidencia en documentos de la época que dicen que las tierras del inca ya no se sembraban porque estaban abandonadas.
-¿Qué trajo a los españoles hasta aquí?
-Lo mismo que a los incas. Chile no tenía mano de obra, por la rebelión constante de los indios que había allí. Las cartas de Pedro de Valdivia, que fue el conquistador de Chile y el fundador de Santiago, dicen clarito que, si no se encontraban indios acostumbrados a servir del otro lado de los Andes (en Cuyo), para llevarse como mano de obra a Chile, Santiago y La Serena iban a tener que despoblarse. Por lo tanto vinieron, hicieron la fundación de San Juan y Mendoza, y se llevaron a los indios. Las poblaciones y las fundaciones de ciudades fueron exclusivamente para, bajo visos de legalidad, conseguir fuerza de trabajo para Chile, algo que teóricamente no se podía hacer.
-Previamente a esas fundaciones hubo una especie de relevamiento por esta zona.
-Valdivia cada tanto enviaba a algún capitán en busca de refuerzos a Perú. En 1549 lo mandó a Francisco de Villagra, con la orden no sólo de llegar al Perú y traer refuerzos, sino que de regreso se volcara por el otro lado de la cordillera para ver qué había acá. Así fue que Villagra en el año \’51 baja por la quebrada de Humahuaca, pasa por Santiago del Estero, llega por las sierras centrales hasta Calamuchita, dobla hacia el valle de Caria, pasa a Cuyo (que se llama Cuyo, no Cuyunche ni todas esas cosas que se dicen por ahí) y de ahí cruza a Santiago con la noticia de que, efectivamente, de este lado había mano de obra dócil. Es cuando se empiezan a preparar las expediciones de poblamiento, que fracasan durante un tiempo hasta que se pueden hacer. O sea: esa visión de indios mansos que dicen las crónicas son ciertas (obviamente por haber sido dominados antes por los incas): se los llevaron y así fue que Santiago y La Serena sobrevivieron.
-¿Habría sido beneficioso para el desarrollo de la zona que el inca hubiese llegado mucho antes?
-Esas cosas en Historia no se pueden decir. Ninguna conquista es beneficiosa para los locales. Y los incas, aunque fueran americanos, fueron una conquista. Con todo lo que implica el conquistador, de borrar la historia local para imponer una nueva. Yo doy una materia que se llama «Prehistoria de San Juan», y justamente en la última unidad hablo de esas dos conquistas: una americana y otra extra-americana. Las conquistas cambian todo el sistema de organización espacial, de trabajo, etcétera. Tanto incas como españoles explotaron a los pueblos locales, sacaron provecho de ellos.
-Pero el inca trajo la agricultura, por ejemplo…
-No, no, acá la agricultura empezó 2.000 años antes de Cristo. Hace 30 años que se sabe esto. No se pueden mantener los mitos porque sí, cuando hay evidencias de otras cosas. Los incas aumentaban la extensión de las redes de riego, pero acá ya había grandes canales desde 400 años antes que llegaran ellos, y pequeños canales desde mucho más atrás en el tiempo. El inca aumentaba las redes de riego para habilitar más terreno de cultivo. Es decir: mejoraba la infraestructura y sometía a las poblaciones locales para que trabajaran en provecho del imperio. Nada más, no trajeron ningún adelanto ni cuestión civilizadora. Impusieron una religión, igual que los españoles; impusieron una lengua, igual que los españoles; e impusieron trabajo extra, igual que los españoles.
-¿Qué cultivos tenían?
-Maíz, zapallo, porotos. Y explotaban otro recurso que es la lana de la vicuña, en San Guillermo. La única vez que la vicuña fue explotada racionalmente en San Guillermo fue durante los 40 años de los incas, porque la lana era exclusiva para el emperador. Pusieron toda una serie de instalaciones de control, y las esquilaban. Hay otro mito de que el inca vino a buscar oro, pero no es así. El huarpe tampoco utilizaba los recursos minerales de la tierra.
-¿Y los huarpes que se quedaron en San Juan?
-Fueron fundamentalmente mujeres y niños, que finalmente se mestizaron. Para mediados del siglo XVII, la cultura huarpe, con su expresión principal y vía de transferencia que era la palabra, el idioma, sufrió un corte total. Todo lo que hay después del siglo XVII en Cuyo es fundamentalmente lo aldeano español y la cultura colonial, que después se complica porque empiezan a aparecer otros grupos indígenas traídos a San Juan y Mendoza, ciudades a las cuales ya les empezaba a hacer falta mano de obra. Traen por ejemplo gente de Valle Fértil, de otras etnias, y aparecen hasta incluso paraguayos. A partir de entonces todo lo que se ve son costumbres coloniales españolas.
-¿Los huarpes que se resistieron a la conquista se refugiaron en las lagunas de Guanacache?
-Sí. Hay evidencia a partir del siglo XVII de mayor presencia poblacional en las lagunas, y hay referencias históricas que permiten asegurar que muchos huyeron hacia allá. Pero esto no quiere decir que toda la gente de las lagunas sea de ese origen, porque hubo muchos movimientos después. Esa zona fue refugio y escondite en todas las épocas.
-Se dice que el idioma huarpe era un poco limitado…
-No, el lenguaje era bastante complejo. Es muy antiguo. Tengo un trabajo publicado al respecto. Hasta no hace mucho se creía que sí era sencillo. Lo que pasa es que los trabajos que se habían hecho antes estaban mal analizados. Luego de investigarla mucho, ahora la estructura del idioma huarpe se combina bien con las referencias arqueológicas que tenemos sobre su antigüedad y sus particularidades. Esto es lo que mejor certifica que los huarpes provienen del grupo Ullum-Zonda. Los huarpes no fueron un grupo caído del cielo.
-¿No hay algún huarpe heróico, mitológico, famoso, que se haya rebelado y trascendido la historia, un Lautaro por ejemplo?
-No. No hubo rebeliones, salvo algún conato por ahí en alguna encomienda. Pero nada más. Los indígenas chilenos sí eran rebeldes, y por eso los españoles tuvieron que venir aquí a buscar trabajadores. En el noroeste argentino, por ejemplo, los cacanos recién en el siglo XVII pudieron ser dominados; pero no pasó lo mismo con el huarpe: por el contrario, aquí no hubo resistencia.
-¿Hubo quejas de la iglesia por el trato que se les daba a los indígenas?
-Sí. El traslado de indígenas cuyanos a Chile fue masivo y permanente durante la segunda mitad del siglo XVI y gran parte del siguiente. Las más importantes autoridades eclesiásticas de esos momentos hicieron oír sus reclamos en distintas cartas y documentos sobre el injusto y cruel tratamiento a que se sometía a esos indígenas.
No conocer la historia de la rebelion y resistencia de huaziul en el cerro el alcahazar y otras, me parece una omisiòn cuando menos tendenciosa.. el huarpe rego con su sangre los canales de riego que el mismo abrio, asi com el cruce de la cordillera y ya no en vistas de rebelion sino de integracion y libertad, lucho junto a san martin y luego juento al chacho peñaloza y a mi ancestro Don Jose Santos Guayama, nada mas… gracias. Santos Vera Guayama.
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Muy completo y acertados los concocimiento de la autora. me gustarìa que se hubiere extendido en relacion a la poblaciòn autoctona de vale fertil. soy descendiente de esa familia de la zona de astica. y me gustarìa determinar el origen de la misma. muchisims gracias. david chaves. abogado. capital federal
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