Proyecto5 (México).- Sobre la opresión común que por siglos han vivido los pueblos indígenas, los mazatecos han padecido una doble marginación y segregación como migrantes en Puebla, donde por más de 120 años su presencia ha sido silenciada e ignorada. El proyecto de investigación “La presencia mazateca en Puebla: etnografía e historia”, que para obtener el título de Licenciatura en Antropología Social desarrollan los estudiantes José Carlos Calderón Martínez, Elías Galindo Paredes y Jaime Huerta Céspedes, busca rescatar esa historia ignorada.
Asentados en los municipios de Tlacotepec de Porfirio Díaz y Coyomeapan, este último entre los cien más pobres del país, los mazatecos son una población minoritaria en todos los sentidos, subrepresentada y al margen de la asignación de recursos, de la apertura de caminos, escuelas y hospitales.
Ricardo Macip Ríos, Profesor Investigador del Posgrado de Sociología del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, señala que los mazatecos tienen al menos 120 años de vivir en la Sierra Negra de Puebla, tras emigrar de Oaxaca como trabajadores agrícolas. Sin embargo, es hasta el año 2000, durante el gobierno de Melquiades Morales Flores, cuando se les reconoce como una etnia poblana.
“Han estado por más de 120 años en el estado como migrantes y quizá más, desde el desarrollo de las entidades federativas en el siglo XIX. Hasta antes del inicio del siglo XXI, durante los siglos XIX y XX, los republicanos e independentistas los consideraban una etnia procedente de Oaxaca, con implicaciones importantes en términos de discriminación social, de reconocimiento y representación política”, asienta.
Macip Ríos, doctor en Sociología, subraya que “sobre la opresión común que viven los pueblos indígenas, durante más de un siglo los mazatecos han padecido una opresión conjugada, agravada por la división entre nahuas y mazatecos, que viven relaciones interétnicas de subordinación y conflicto”.
La relevancia del proyecto “La presencia mazateca en Puebla: etnografía e historia”, que es apoyado con recursos de la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado, está en desentrañar ¿cuáles son las consecuencias de una etnia silenciada en el discurso oficial y en la formación de grupos políticos y de clientelas políticas en la región?, en la Sierra Negra donde mestizos, nahuas y mazatecos viven relaciones interétnicas de subordinación y conflicto, considera Ricardo Macip Ríos, asesor de la investigación.
Los estudiantes del Colegio de Antropología Social, de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, José Carlos Calderón Martínez, Elías Galindo Paredes y Jaime Huerta Céspedes, buscan corregir los despropósitos encontrados en sus lecturas sobre los mazatecos, registrar y documentar su presencia en Puebla y sus avatares durante los siglos XIX y XX.
En busca del tiempo perdido
Los mazatecos se autodenominan ha shuta enima, que en su lengua quiere decir “los que trabajamos el monte, humildes, gente de costumbre”. A su llegada a Puebla son conocidos como cortadores de café, peones, o jornaleros agrícolas.
Debido a conflictos y desgarramientos sociales en Oaxaca, así como por la aplicación de la Ley Lerdo en 1880 -desamortización de tierras que dio pie al desarrollo de latifundios-, algunos mazatecos migran de su estado y se incorporan en las producciones de café y en el desarrollo del comercio de aguardiente en las tierras bajas de Veracruz.
Actualmente, los mazatecos en Puebla se ubican en la región 7 de Tehuacán, en la Sierra Negra, en cabeceras municipales nahuas, rodeados de municipios con la presencia de esta etnia dominante en el estado, como Ajalpan y Eloxochitlán. Dedicados al trabajo, laboran en la maquila y las industrias de pollo y huevo en Tehuacán, y en el sector servicios en las ciudades de México y Puebla.
“La presencia mazateca en Puebla: etnografía e historia” está dividida en pasado y presente, y estructurada en tres ejes:
a) Origen e historia y conformación de relaciones sociales de producción; y desde la visión actual,
b) Las relaciones con las autoridades estatales y federales a través de programas de desarrollo; y
c) Actividades extralegales, como comercialización de hongos alucinógenos, vinculados a su cosmovisión, posteriores a 1982 cuando concluye el trabajo en los cafetales.
Macip Ríos señala que aunque existen buenas monografías sobre los pueblos indígenas, la mayoría presenta un sesgo: verlos como poblaciones que han resistido los embates de la modernidad y el secularismo, congelados en el tiempo.
Esta visión romántica, ha permitido “naturalizar” la discriminación, al situarlos como sujetos fuera de la modernidad.
Por otra parte, agrega, desde la Antropología se ha construido la idea de que en las comunidades indígenas priva el consenso, son espacios igualitarios y democráticos.
“La presencia mazateca en Puebla: etnografía e historia” contribuye no sólo a recuperar una historia, vincular un pasado con un presente, sino además a mostrar el devenir de contingentes mexicanos sometidos al capitalismo y a la discriminación de la sociedad y de otras etnias.
saludos y felicidades . se espera el libro!
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Muy buena la informacion.
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Excelente trabajo… Espero continuen con ellos
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