El anuncio de la disolución de la organización armada vasca ETA, me permite traer aquí un fragmento de la Presentación al libro que escribiera en 2008, Patria Vasca y Libertad (Editorial Eudeba).
«Parafraseando a Jorge Luis Borges, diremos que la palabra problema puede ser una insidiosa petición de principio. Hablar del “problema vasco”, es postular que los vascos son un problema; es vaticinar las persecuciones, la censura, los balazos, el degüello y la lectura de la prosa del doctor Jon Juaristi. Hablar de “problema vasco” es posicionarse y mirar desde el lugar de los defensores del statu quo, es hablar desde la defensa de la unidad de los estados tanto español como francés; ideal éste tan válido en el campo de la polémica intelectual y la acción política como el que postula que se trata de estados desde los que se pregona una ideología tan nacionalista como la de los vascos nacionalistas, quienes bien podrían hablar del problema franco-español.
Es por ello que para este trabajo será mejor tener presente que abordaremos un conflicto que encuentra sus orígenes en la historia, pero que además busca, en el presente, transformarse en litigio como alternativa a la violencia. Esta posición pretende quedar simbolizada con la expresión: “el contencioso vasco”. Aún así, a lo largo del texto nos dejaremos llevar, en algún momento, por una de las tantas enunciaciones impuestas desde los grandes medios de comunicación, como es la de “conflicto vasco”, incluyendo, en nuestro caso, a los múltiples actores de ese conflicto.
Partiendo de esta exposición de principios, quisiera, además, dejar sentado que el presente trabajo se encuentra signado, por lo menos, por dos condicionamientos en la perspectiva de quien lo escribe. Por un lado, mi condición de argentino, con orígenes vascos y estrechos lazos trasatlánticos; y por el otro, mi ejercicio profesional de la antropología. Ambos dan forma a un texto construido sobre la tensión que se produce entre la mirada política del sujeto que estudia, el autor, y el particular distanciamiento en el que opera el trabajo etnográfico respecto a su objeto de estudio.
El resultado no es un ensayo netamente antropológico, ya que además una mirada periodística, con pretensiones de un enfoque comunicacional, y otra historiográfica se suman al mismo, con el objeto de poder incorporar información que permita una comprensión más profunda de un diferendo complejo, tanto en sus raíces como en sus actores.
Aún así, lo que aquí se presenta es apenas una introducción al problema. En las líneas que siguen nos comprometeremos fundamentalmente en el estudio de uno de los actores en juego: el mundo del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV). La visión más radical del nacionalismo vasco.
Abordaremos el pasado, histórico y mítico, caminaremos el presente, político y social, y, para ello, nos veremos necesitados de involucrar a los otros actores sociales que participan de una pugna que unos reconocen como histórica y otros como un accidental invento de la modernidad.
¿Se trata de identidades o de procesos de identificación social? ¿Inquiriremos sobre una cuestión objetiva o son procesos de carácter subjetivo? Estas, entre otras, son algunas de las preguntas que se intentará contestar a lo largo de este camino.»