«Es dudoso que el habla surja por la mutación de un gen»

La Nueva España.- Según el equipo científico que estudia los fósiles neandertales de la cueva de Sidrón (Piloña) esta especie, extinguida hace unos 35.000 años, tenía condiciones para hablar. La afirmación está basada en que el hombre neandertal compartía con los humanos modernos las mutaciones del gen FOXP2, implicadas en el habla.

Pero esta teoría, defendida por los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que en ningún momento hablan de «gen del lenguaje» sino de un gen que interviene en la base neuronal de la capacidad del habla, fue cuestionada ayer por José Egocheaga, catedrático jubilado de Antropología Física de la Universidad de Oviedo. Egocheaga ofreció, ayer, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, una conferencia titulada «¿Podría o no hablar el hombre de Sidrón?», que fue presentada por Esteban Alú Mortera, presidente del Ateneo de Oviedo.

Para el antropólogo, concluir a partir del descubrimiento del gen FOXP2 que los neandertales podían hablar es aventurado. «No es sencillo hacer un diagnóstico rápido sobre si poseían esa capacidad», dijo. Y en un intento de explicar la complejidad del lenguaje humano dio un repaso por los órganos que intervienen en el habla: cerebro, oído y aparato fonador.

Para llegar a emitir palabras es necesario recorrer un largo camino que Egocheaga inició con el desarrollo del cerebro y la transformación del aparato fonador, «cuyas partes deben estar perfectamente controladas para la modulación de las palabras». Según expuso, es un proceso que requiere muchos participantes y gran perfeccionamiento para «pensar que un solo gen es capaz de hacer todo eso».

A su juicio, «el lenguaje es paralelo al proceso de hominización» y sus comienzos tienen alguna relación con el momento en el que los los homínidos se hacen bípedos. «Seguramente los primitivos hablantes no dirían más que bisílabos y se ayudarían con las manos para expresarse», aseguró.

«Si el lenguaje fura una mutación de un gen, habría que suponer que se adquirió de repente; pero no fue así», afirmó, «forma parte de un proceso que ha permitido ir adquiriendo las propiedades necesarias para desarrollarlo». A juicio de Egocheaga, el lenguaje no se hereda, se hereda la capacidad de emitir sonidos lingüísticos.

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