Recientemente he leído en el diario Página 12 (Argentina) que el juez Norberto Oyarbide sobreseyó a tres empresarios, acusados de emplear en condiciones ilegales y de máxima explotación a trabajadores inmigrantes bolivianos, con el argumento de que “sería herencia de costumbres y pautas culturales de los pueblos originarios del Altiplano boliviano, de donde proviene la mayoría” de los abusados. Se trata, continúa el juez, de “un grupo humano que convive como un ayllu o comunidad familiar extensa originaria de aquella región, que funciona como una especie de cooperativa”.
Ante tamaña pieza interpretativa creo necesario aclarar los siguientes puntos:
1.- El ayllu es una de las organizaciones sociales básicas del mundo andino previo a la llegada de los españoles; cuyos integrantes se encontraban vinculados por relaciones de parentesco, controlando la tierra en forma comunitaria y rigiéndose por el principio de reciprocidad. La tierra del ayllu se divide en un cierto número de sectores, teniendo en cuenta sus condiciones ecológicas y los ciclos rotativos de los cultivos. Cada familia poseía el derecho a pedir acceso a tierras en cada uno de los sectores, lo que determinaba el esfuerzo de todo ayllu y grupo étnico por controlar el máximo de pisos ecológicos. El control ecológico responde al ideal de la autonomía local, objetivo fundamental de la organización económica de la comunidad. El parentesco representa el sistema regulador de la organización de la fuerza de trabajo. Los impedidos de trabajar la tierra igual recibían sus parcelas, las que eran cultivadas por la comunidad y en la posibilidad de cada uno devolvían algún servicio a la misma.
2.- La llegada de los españoles a América desató múltiples procesos entre los pueblos locales, que llevaron a un quiebre en las tradiciones sociales, políticas, económicas y culturales. La visión del europeo simplificó todo en dos polos que se pueden traducir en términos de dominador-dominado. Como afirmara el antropólogo mexicano Guillermo Bonfil Batalla, “el colonizador se apropia paulatinamente de las tierras; somete, organiza y explota la mano de obra de los indios; inicia nuevas empresas coloniales fundadas en la disponibilidad de indios; establece un orden legal para regular y garantizar el dominio colonial; modifica compulsivamente la organización social y los sistemas culturales de los pueblos dominados; en la medida de que tales alteraciones son requeridas para el establecimiento, la consolidación y el crecimiento del orden colonial”. La conquista española impuso un nuevo sistema económico y social, en el cual los antiguos principios de reciprocidad y redistribución perdieron sentido. Con la usurpación de buena parte de las tierras del ayllu y la expansión del sistema de hacienda se instaura un modo de producción servil que se superpone al modo de producción comunitario. La población indígena sufre el desarraigo, la proletarización y explotación.
3.- Los empresarios textiles del siglo XXI no son herederos de aquellos curacas o dignatarios incaicos del mundo precolombino. Son herederos de la explotación colonial que configuró en América sociedades fragmentadas sobre una base ideológica impregnada de xenofobia y racismo.
es un asco de lo que paso
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